Pues resulta que un matrimonio estaba cenando en un lujoso restaurante, cuando de pronto se acerca una atractiva chica a la mesa y saluda muy 'afectuosamente' al marido. La mujer, indignada, le reclama a su marido:
- ¿Y esa mujerzuela, quién es?
- Olvídalo, mujer...
- ¡Que no! ¡Que quién es te pregunto!
- Bueno, si insistes... es mi amante...
- ¿Tu amante? ¡Ahora sí que lo nuestro ha terminado! ¡Quiero el divorcio!
- ¿Divorcio? ¿Pero estás loca? OK, si crees que te acostumbrarás a vivir en un apartamento pequeño, sin el Mercedes Benz que manejas, sin sirvientas, sin chofer, sin vacaciones, y sin la casa de veraneo que tenemos en Puerto Velero... no hay problema...
La mujer baja la mirada, calla y sollozando piensa. Al poco rato levanta la cabeza nuevamente y dirigiéndose a su esposo le dice:
- ¡Que descarado! ¿Aquel que está sentado en aquella mesa, no es tu socio Juan? ¡Está agarrado de manos con una mujer que no es su esposa!
- Así es, es su secretaria que a su vez es su amante. Algún comentario?
La esposa observa la mujer detenidamente y al cabo de unos instantes le dice a su marido: