Aproximándose el año, el Señor bajó a la Tierra y así hablo a Noé:
-Noé, dentro de seis meses haré llover cuarenta días y cuarenta noches hasta que todos el país sea cubierto por las aguas y los pecadores sean destruidos. Solo te voy a salvar a ti, a tu familia y a una pareja de cada especie animal viviente en la Argentina.
Te ordeno construir un arca y ocuparte de reunir a los animales para que en seis meses estén todos aquí, en este mismo lugar, listo para embarcar
-Pero, Señor....!!!
intentó argumentar Noé Ríos, humilde carpintero de la zona del Barrio Belgrano.
-Haz lo que te ordeno, Noé
bramó el Señor.
-En este país, la perversión, la corrupción, la injusticia, el fraude, han alcanzado un grado intolerable.
El ansia de poder y de riqueza han hecho olvidar mis enseñanza. Han dejado de lado el amor al prójimo y el respeto a Dios.
Les voy a dar un castigo ejemplar.
-Haré lo que tu ordenas, Señor
dijo Noé, que era un hombre extraordinariamente recto, bueno y piadoso, como ya casi no se ven sobre la faz de la tierra, y mucho menos en esta zona, por supuesto...
Pasaron seis meses, el cielo oscureció y el diluvio comenzó. El señor se asomó entre los negros nubarrones y pudo ver a Noé llorando amargamente en la puerta de su humilde vivienda.
-¿Dónde está el arca, Noé,
preguntó Dios, enfurecido.
-Perdóname, Señor...
suplicó el pobre hombre,
-hice lo que pude pero encontré grandes dificultades.
Para construir el arca tuve que gestionar un permiso, también tuve que autorizar los planos y pagar sellados, además los impuestos
son altísimos.
Después me exigieron que el arca tuviera un sistema de seguridad contra incendios, lo que solo pude arreglar sobornando a un funcionario.
-Más tarde algunos vecinos se quejaron de que estaba trabajando en zona residencial, y en eso perdí un tiempo preciosos. Pero el principal problema lo tuve, para conseguir la madera, pues el Instituto Forestal no entendían que se trataba de una emergencia, y me dijeron que solo había madera disponible para las embarcaciones normales no contemplando las construcciones de Arcas.
Luego apareció el Sindicato que apoyado por el ministerio de Trabajo, me exigía dar empleo a sus carpinteros afiliados.
Mientras tanto comencé a buscar a los animales de cada especie y tropecé con el problema que, si no es para el Zoológico, el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca obliga a llenar formularios y pagar sellados y gastos de trámites que se me hacían imposible de afrontar.
A la vez Obras y Servicios Públicos, me exigió un plano de la zona a inundarse, cuando le envié un mapa del País entero, me iniciaron un proceso por desacato.
Por último, la AFIP, y el SIDE, me hicieron un allanamiento, apoyados por el ministerio del Interior y el de Defensa Nacional en busca de no sé que, y me desbarataron lo poco que había logrado en la construcción del arca....
Noé acabó su relato y el Señor nada respondió.
Sin embargo puso su brazo afectuosamente sobre el hombro de Noé y al cabo de pocos instantes la lluvia cesó. El cielo comenzó a despejarse,
apareció un sol brillante y un bello arco iris se desplegó sobre el firmamento,
-Señor. ¿significa esto que no vas a destruir
a la Argentina?
preguntó Noé con los ojos esperanzados, aunque todavía llorosos...
-No Noé,
respondió Dios,
-no es necesario, alguien ya se está ocupando de hacerlo ... !!!