UNA VISIÓN DIFERENTE RESPECTO
AL PENSAMIENTO SOCRÁTICO.
CONOCIENDO AL VERDADERO SÓCRATES
Es sabido que a partir de Sócrates nacido en Atenas en el año 470 AC y
muerto en el 399 AC comienza la madurez de la filosofía occidental. Sin
embargo Sócrates no escribió nada y sus pensamientos llegaron hasta
nosotros por medio de los testimonios de sus discípulos. El paso de los
siglos ha tergiversado dichos pensamientos y mostramos aquí algo de su
verdadero contenido.
NO HAY PORONGA QUE LES VENGA BIEN
ONGA fue el dios griego por excelencia de manera que IR POR ONGA
significaba estar con dios, gozar de su protección. Diciendo NO HAY
PORONGA QUE LES VENGA BIEN, Sócrates retaba a aquellos discípulos que ya no creían en nada, ni siquiera en dios.
UN PELO DE CONCHA TIRA MAS QUE UNA YUNTA DE BUEYES
En la Antigua Grecia quien poseía una yunta de bueyes era considerado
millonario debido al alto costo de cada buey. Por otro lado es sabido que
las conchas marinas carecen por completo de pelos. Con esta metáfora
Sócrates quiso explicar que la felicidad no está en las cosas materiales y
que lo verdaderamente esencial en la vida no tiene valor alguno. Los pelos
de concha no existen y menos aun se pueden comprar.
AGARRAMELA CON LA MANO
Al finalizar sus charlas Sócrates se acercaba al discípulo más destacado
ofreciéndole su larga y rizada barba al tiempo que decía la frase
AGARRAMELA CON LA MANO. Cuando un seguidor de Sócrates estrechaba su barba había alcanzado la sabiduría.
MAS VALE CHIQUITA Y JUGUETONA QUE GRANDOTA Y SONSA
aquí Sócrates señala que debemos fijarnos mas en los pequeños
acontecimientos de la vida que en los grandes y resonantes hechos como
gozar de fama, Éxito o dinero.
También solía decir: TE LA TENES QUE COMER DOBLADA
Cuando una mujer cometía algún pecado era castigada de la siguiente
manera: durante un mes se le servía su comida en el piso y debía comerla
DOBLADA sin sentarse. Sócrates decía: TE LA TENES QUE COMER DOBLADA a quienes no se hacían cargo de sus culpas.
CALLATE Y SEGUÍ CHUPANDO
Sócrates fue condenado a morir bebiendo una copa de cicuta. Aún mientras la bebía seguía impartiendo sus enseñanzas por lo cual sus verdugos le dijeron: CALLATE Y SEGUÍ CHUPANDO.