Quienes están habituados a quemar sus propios discos sostienen que copiar con la PC es superfácil. Y es cierto. Lo complicado es no estropear varios CD en cada intento. Para inexpertos en el tema o grandes copiadores, aquí va una serie de consejos y técnicas para hacer un buen uso de la grabadora y los softs.

Lograr un registro exitoso no depende exclusivamente de una copiadora último modelo, del soft más recomendado, de la calidad del CD virgen o de una máquina que se banque lo que venga. Sino de la combinación de todos estos factores.

En un principio, entre experimentos y pruebas fallidas, el costo de aprendizaje es muy elevado. Para saltar este escalón de transito obligatorio, es fundamental conocer las posibilidades y limitaciones tanto de la grabadora como de los programas que trabajan en combinación con ésta.

La máquina de tostar sueños. La elección de la grabadora no es una tarea menor. La velocidad de grabación es crucial, porque si el tiempo de copiado se reduce, también se achican los márgenes de error. Además, no es lo mismo esperar diez minutos que una hora para sacar un CD. Una velocidad aceptable es de 48 x 16 x 48. La marca del fabricante debe ser reconocida, porque asegura compatibilidad con programas como el Nero, el Clone CD y las actualizaciones para su memoria interna se consiguen con facilidad. De todos modos, las grabadoras vienen acompañadas de un programa.

La grabadora también debe ser compatible con la tecnología de protección contra el buffer underrun. ¿Qué es esto? Una de las fallas típicas se produce cuando la copiadora se queda sin información (es como "bombear en seco") para seguir grabando en el CD-R. Esta falta en el suministro es lo que, en última instancia, termina por arruinar la copia. Para solucionar este inconveniente, los nuevos dispositivos incorporan una memoria propia, llamada memoria caché o buffer, que se encarga de abastecer los datos en forma continua y evitar esta falla letal.

Un dato a tener en cuenta: las PC con una configuración avanzada y un sistema operativo estable, garantizan mejores resultados en las grabaciones.

Dime con qué copias. En la actualidad hay un centenar de programas para duplicar música, datos y videos. Todos con funciones afines y diseño semejante. La elección es tan personal como la ropa que uno se pone cada mañana. Es cierto que hay una elite de preferidos, pero este favoritismo no descalifica al resto. Lo que sí, hay que mirar dos veces aquellos programas gratuitos o shareware porque operan a la menor velocidad de la lectora.

El más popular en este rubro es el Nero Burning Rom (www.nero.com), que tiene bien ganada su fama de número uno por ser uno de los pocos software que aplica el método Overburn. Es decir, cuando uno tiene un archivo de 710 MB, no hace falta aclarar que la capacidad del CD es de 700. El Nero se las arregla para que entre todo sin chistar, en un sólo disco.

Si los temas en MP3 tienen nombres largos o caracteres extraños, el soft hace la vista gorda y los copia sin protestar. Viene por defecto en inglés, pero hay un parche para convertir al castellano casi todas sus versiones.

Su competidor más próximo es el Easy CD Creator (www.roxio.com), que pone el acento en la copia de datos en general. Su función consagratoria es la que permite arrastrar y soltar los archivos al CD como si este fuera un simple disquete. Antes es necesario formatear el disco, lo que le resta varios megas de espacio.

Aunque no se lo vea, en Windows XP hay un módulo interno de Roxio (fabricante del Easy CD) que ofrece excelentes resultados. Como utiliza la memoria caché de la PC se pueden pasar datos de una lectora a otra sin correr riesgos. Para activarlo, basta con seleccionar los archivos a copiar y con el botón derecho —una vez que el CD esté en la lectora— elegir Enviar a (la unidad de grabación). Luego, desde el mismo disco virgen —con botón derecho— ha que escoger la opción Copiar archivos.

Y si todo pasa por la exactitud, el mejor programa para una copia fiel es el Clone CD (www.elby.ch). Esta aplicación crea una imagen del disco, incluso de aquellos que están protegidos. Gracias a esta función, se lo emplea para backup de archivos o para copiar películas. Su complemento ideal es el Clony (www.softdownload.), que analiza los CD y detecta el tipo de protección que tienen.

De la camada de los softs de reciente aparición, el Alcohol 120% (www.alcohol-software.com) es el mejor posicionado. Su gran ventaja es que no sólo copia CD y DVD sino que puede crear más de treinta unidades virtuales que emula el comportamiento de una lectora de CD o DVD.

La clave está en la técnica. Existen cinco modos de grabación. Dependiendo del tipo de archivo, la urgencia o el espacio libre, algunos son más eficaces que otros.

Track at Once: El error más común es suponer que los CD-R se utilizan sola una vez. Los datos del CD-R no se pueden borrar ni alterar, pero sí sumar nuevas sesiones. Con la opción Multisesión se pueden ir agregando sesiones hasta llenar la capacidad total del disco. Es para datos.

Disc at once: La información se graba de un sólo tirón. El disco se cierra automáticamente. Se usa para grabar CD de audio.

Session at once: Es una mezcla de los anteriores. Es para grabar películas. Se pueden agregar nuevas sesiones, siempre y cuando no sean de música, porque el audio no reconoce múltiples sesiones.

Al vuelo: La grabación se efectúa desde una lectora a otra, sin pasar por el disco rígido. Su ventaja es que es muy rápida, porque almacena la información en el búfer y de ahí, derecho al CD-R.

Escritura por paquetes: Se aplica para hacer un disquete de los CD-RW (discos regrabables) para borrar la información todas las veces que sea necesario.