1) Casos raros
Una viejita contrató un pendejo de 15 para que le hiciera un servicio. El pibe, asqueado,
la hizo desnudar, la dio vuelta, se sacó el zapato y la media, y le metió el dedo gordo en el culo.
Poco después dos médicos se encontraron en un pasillo de la clínica del barrio, y uno dijo:
- No sabés el caso raro que vino hoy. Un pibe con sífilis en el dedo gordo.
- Eso no es nada. Yo recién atendí a una vieja con pie de atleta en el culo.
1) La picadura
Dos amigos están recorriendo la selva misionera, y mientras orina atrás de un árbol,
uno de ellos tiene un accidente: lo pica una yarará justo en el pene. El hombre hace torniquete con las manos y pide ayuda al amigo, que afortunadamente tiene un movicom.
El amigo llama al Hospital de Posadas, y dialoga con un médico:
- Aplíquele suero antiofídico en seguida y se salva seguro recomienda el profesional.
- Qué te dice, che - pregunta el accidentado.
- Que te ponga jugo anteojídico.
- No tenemos, tarado. Decile que no tenemos.
- No tenemos, Dr. - dice el amigo.
- Ajá - dice el médico - Entonces hágale una exanguinotransfusión, mientras llega la ambulancia.
- Qué dice, che, qué dice.
- Dice que te haga una isandinotransgresión.
- No podemos, boludo, estamos en medio de la selva.
- No podemos, Dr.
- Entonces déle algún fármaco antitóxico, que eso retarda el efecto del veneno.
- Qué te dice, idiota? Qué te dice?
- Que dé una fórmica anti-óxido.
- No tenemos nada de nada, pelotudo. Decile.
- Doctor, no tenemos ni aspirina.
- Mire, haga lo siguiente. Tome la parte afectada, y succione enérgicamente para extraer
el veneno.
- Qué dice, animal, qué dice?
- Eh, que te vas a morir como un hijo de puta.